La disputa política provocada por el rechazo de Caja Ávila y Caja Segovia a Banca Cívica parece haberse trasladado también a los medios de Castilla y León. Algunos se han visto obligados a realizar verdaderos equilibrios.
Y si no, que se lo pregunten al director de Diario de Ávila, que se ha encontrado con la tesitura de seguir a rajatabla la línea editorial del grupo de comunicación al que pertenece su periódico, Promecal, partidario de las tesis de la Junta de Castilla y León, que respaldaba la presencia de Caja Ávila y Caja Segovia en Banca Cívica, o justificar el rechazo a Banca Cívica y el consiguiente acercamiento a Caja Madrid, postura por la que se ha inclinado el poder local personalizado en el presidente de la Diputación y el alcalde de Ávila, a los que se ha unido la clase empresarial.
Difícil dilema personal y profesional. Con la primera opción, corría el peligro de perder bocado en el cuantioso pastel publicitario que hornean Diputación y Ayuntamiento. Con la segunda alternativa, el problema era similar, pero con la Junta y Promecal como actores principales.
Después de una semana de reflexión, y para evitar precipitaciones, finalmente se ha optado por una receta que veremos si satisface el paladar de las partes involucradas o por el contrario agita más tensiones.
Para tratar de dejar a todos contentos o, mejor dicho, para provocar el menor enfado posible, la fórmula acordada es la socorrida Carta del Director en vez de un editorial. Así, la empresa queda libre de culpa en la opinión vertida y el director, con su firma, deja claro al poder local lo que piensa al respecto.
Nos preguntamos si todavía creerán que la gente se chupa el dedo ante tan lamentable espectáculo.
En Televisión Castilla y León han apoyado inquebrantablemente las tesis de la Junta, criticando duramente, como nunca, a los mandamases del PP en la provincia de Ávila, por sus tesis de ir por Caja Madrid. Incluso les han dicho que se vendían por uno puesto en el Consejo de Administración en la caja madrileña cuando ellos han dicho que cuando van a una caja ya no eran del partido que les había designado.
